Imagina que estás buscando un auto usado que tanto has soñado; de pronto encuentras uno en perfectas condiciones, tanto estéticas como mecánicas, y más encima a un precio difícil de creer.
Vas, lo pruebas, anda perfecto, te ves en él, lo quieres y ya estás impaciente porque sea tuyo. Sientes un cosquilleo en la panza y lo único que sabes es que ese carro debe ser tuyo como sea.
Esa sensación lleva a cometer torpezas, algunas de ellas con consecuencias muy graves; como por ejemplo, el delito de receptación. “Demasiado bueno para ser verdad” ese dicho tan conocido aplica perfectamente en estos casos. Si ves que un carro está increíblemente bueno, que no tiene ningún detalle importante y encima está regalado, es claramente porque algo extraño debe haber.
La única explicación lógica de un buen precio es que el vendedor tenga una emergencia realmente importante que lo haga necesitar del dinero ya; pero bueno, nunca sabemos qué tan grande son las urgencias del resto, es difícil de comprobar cuando se trata de desconocidos.
Es así, cuando compras un carro usado corres varios riesgos, como comprar un auto que esté descompuesto y que te falle a los pocos kilómetros, que compres un auto clonado o bien uno robado. En este último caso, sin saberlo podrías cometer el delito de receptación, es decir comprar un objeto, como un carro, que es robado.
Si bien la receptación es un delito por sí solo, se produce solo cuando se robó un objeto previamente. Sin ese delito previo, no hay receptación.
Según el artículo 194 del Código Penal peruano, quien “adquiere, recibe en donación o en prenda o guarda, esconde, vende o ayuda a negociar un bien de cuya procedencia delictuosa tenía conocimiento o debía presumir que provenía de un delito, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años y con treinta a noventa días-multa”.
Es decir, cualquiera de las opciones que te convierta en cómplice del robo, te lleva a cometer la receptación del carro, incluye también cuando se deja en prenda un vehículo. Toda maniobra, sea un favor o para ayudar a vender el auto, es considerada parte de la receptación.