La importancia de realizar el mantenimiento correctivo de tu carro

Apenas detectes alguna anomalía atiéndela a tiempo. Esperar puede ser peor. A continuación te orientamos al respecto.

¿Qué es el mantenimiento correctivo de un carro?

El mantenimiento correctivo de un carro tiene que ver con la aparición de signos de una eventual falla dentro del período de mantención normal. Por ejemplo, cambiaste de aceite y luego de algunos kilómetros comienzas a ver una fuga. El carro va a seguir funcionando, pero tarde o temprano va a bajar del mínimo y ahí el problema puede ser grande.

Dicha fuga puede tener muchas razones, siendo de las más simples algún problema en la empaquetadura o junta, o quizás en la colocación del filtro de aceite. En cualquier caso, de no corregir a tiempo, podrías dañar severamente el motor.

Otro ejemplo de mantenimiento correctivo es que, si luego de un tiempo de haber cumplido con la mantención preventiva de alineación, balanceo o cambio de neumáticos, sientes algo raro es porque no quedó bien hecho el trabajo o las piezas nuevas pueden ser de mala calidad. Si sientes alguna sensación oscilante al conducir o algún ruido que antes no existía; tal vez podrás andar miles de kilómetros, pero de no solucionar ese tema, acabarás rompiendo algo y el arreglo será más costoso y lento de reparar. Además, podrías sufrir un accidente. Esa es la importancia de la mantención correctiva: al primer signo de falla, atacar el problema.

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¿Cuáles son las piezas que se revisan en el mantenimiento correctivo?

Como te dijimos, debes prestar atención a todo cuando conduces tu carro. Que al conducir se sienta suave, con la dirección, embrague y frenos respondiendo como siempre y como a ti te gusta. Sin ruidos extraños en el motor, ni evaporaciones inesperadas del líquido refrigerante.

Si quieres realizar ciertos chequeos cada cierto tiempo para anticiparse a fallas inesperadas revisa lo siguiente:

Motor: Revisa que no haya fugas de aceite lubricante, sin él tu motor se funde instantáneamente. Al conducir intenta comparar tu auto con su mejor versión. Qué diferencias sientes en comparación a cuando lo compraste. Quizás puedes tener un cable de bujía malo o alguna válvula muy desgastada. Chequea si cuando aceleras el motor, este se revoluciona de forma homogénea sin cortes de inyección y que cuando sueltas el acelerador las revoluciones bajan de inmediato; y que el motor siga girando en ralentí como si fuese un reloj suizo, parejito.

Si notas irregularidades al hacer esas aceleraciones, puede haber un problema en algún inyector, en el sistema de admisión de aire o alguna válvula sucia, como la famosa IAC.

Neumáticos: Si la profundidad de un dibujo de un neumático tiene 1.6 milímetros o menos, quiere decir que su vida útil está llegando a su fin. Quizás tu carro va a andar perfecto con los neumáticos en mal estado, pero tarde o temprano puedes sufrir un pinchazo o peor aún un accidente por perder el control. Revisa constantemente tus neumáticos; no es una mantención ni preventiva ni correctiva, ellos se desgastan cada 50 mil kilómetros aproximadamente, pero todo va a depender del modelo de neumático, el tipo de carro y qué uso se les da. La mejor forma de mantenerlo en orden es que si andas por pavimento nunca bajes de 30 libras de presión.

Suspensión: Comúnmente cualquier carro necesita una mantención preventiva de alineación y balanceo; puesto que con el uso va perdiendo regulación y eso influye en la conducción y desgaste de las piezas. Al igual que en los neumáticos su desgaste dependerá más del uso que del kilometraje, por lo que es bueno que cotejes que tu carro se siente bien, firme y fácil de ir recto, frenar o doblar al conducir; y verifica que, por otro lado, el desgaste de tus neumáticos sea parejo y no existan fugas en los amortiguadores. Este tipo de mantención suele hacerse cada 60 mil kilómetros o 3 años, pero en algunos modelos, luego de ese kilometraje aún puede estar todo en perfecto estado. Conoce bien tu vehículo.

Transmisión: Dependiendo del fabricante, se cambia el lubricante de la caja de cambios cada 70 mil kilómetros aproximadamente. No obstante, algunos puristas señalan que una buena caja de cambios no necesita cambio de lubricante. Para debatir.

Bueno, con o sin cambio de lubricante los problemas a corregir en la transmisión pueden ser también por el uso que se le da. A la vez, siempre verifica que no existan fugas de lubricante; recuerda que, sin aceite los metales se trancan.

Respecto del uso, pueden aparecer fallas que es mejor corregir a tiempo. Una de ellas, por ejemplo, está en el embrague. Si bien se desgasta por el propio uso, hay que utilizarlo bien y presionarlo cuando corresponde. Si estás en alto tráfico, no dejes nunca el pie presionando el embrague, esperando ansioso la luz verde. Dejarlo presionado mucho tiempo podría recalentarlo y salir aquella conocida fragancia a embrague. A la vez, presionarlo en cada cambio de marcha debe ser en un solo movimiento fluido, sin pausas. Solo pon el pie del embrague cuando vayas a salir en primera o cambiar de marcha, luego de eso no lo toques.

Nunca fuerces la palanca de cambios para ir de primera a segunda o tercera a cuarta, por ejemplo. Si no entran los cambios, puede haber problemas en la propia palanca, en el embrague que no está trabajando, o bien en los piñones de la caja, que sería lo más grave. Atiende esos síntomas a tiempo y corrígelos.

Refrigeración: Si bien un radiador puede durar 10 años o más, aquí nuevamente el uso juega un rol importante. Si eres de los que les gusta andar a altas revoluciones, puedes haber hecho sufrir demás al sistema de refrigeración. Eso lo notarás con el tiempo, síntomas u otros problemas. Es importante que revises dos cosas. Primero que no haya consumo de líquido refrigerante y que la temperatura de tu motor no sobrepase el límite. Normalmente los carros tienen un medidor en el tablero que va desde C (cold) hastaa H (hot); si la aguja se mantiene en la mitad entre ambas con el motor caliente, entonces todo está bien.

Como mantención correctiva entonces, revisa el nivel de refrigerante, atento a los síntomas de temperatura y verifica que las mangueras de goma que salen del radiador no estén dañadas o quemadas con el tiempo. Se revienta una, se te escapa el líquido y te quedas sin motor en pocos minutos.

¿Cómo ahorrar dinero en la mantención correctiva?

Además de ser cuidadoso al conducir y no pensar que estás en una carrera, la mejor forma de ahorrar dinero en la mantención correctiva es hacer la reparación a tiempo, antes que la falla sea más grande y peor. No hagas soluciones parche, soluciona el problema apenas lo detectes y haz tus mantenciones preventivas. Recuerda que lo barato sale caro.

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