Todos los sistemas que intervienen en la seguridad del auto son importantes, pero hay uno que realmente es decisivo para evitar accidentes, más cuando éstos parecen inminentes: el sistema de frenos.
Las pastillas de freno son básicas dentro de este sistema y podemos encontrar de distintos tipos: de cerámica, orgánicas, semi-metálicas o metálicas. Su función es proporcionar la fricción necesaria a los discos de freno para que al auto se detenga al accionar el pedal.
Si bien no existe un tiempo exacto para cambiar las pastillas de los frenos, dependerá del modelo del auto o el uso que se le da. Como recomendación general se aconseja revisar las pastillas alrededor de los 20 mil kilómetros.
Aun así, hay algunas señales que nos avisan de cuándo es necesario hacer el cambio:
1. Prolongación de la distancia de frenado
2. Pedal demasiado duro
3. Ruidos y vibraciones
4. Pedal de freno esponjoso
No siempre es necesario cambiar el disco y las pastillas el mismo momento, pero si se ha dejado pasar mucho tiempo sin el mantenimiento apropiado, es muy probable que se deban cambiar ambas cosas. Por supuesto, esto eleva el presupuesto, pero ya será un profesional el que nos indicará, tras una revisión general del vehículo, qué partes necesitan ser renovadas.
En todo caso, vale la pena invertir un poco más para tener la tranquilidad que todo el sistema de frenado funciona y responde de manera impecable.
En primer lugar, vale mencionar que si no se tiene experiencia en mecánica, es mejor dejar este tipo de procedimientos a un taller de confianza. Si bien es un proceso sencillo, es necesario elevar y estabilizar el vehículo para evitar cualquier accidente.
Es recomendable que luego de hacer un cambio de pastillas de freno, el conductor sea muy cuidadoso de no frenar el vehículo rependinamente o muy violentamente en los siguientes kilómetros.
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